¿Sabias que Dios quiere que estudies oratoria?

     ¿Te imaginas que inscribas la asignatura de oratoria y que tu maestro sea el Señor?
¿Cuál sería tu calificación?


    Mi 8vo período en la universidad fue aterrador, no solo porque comencé con mi trabajo final de grado sino porque el 60% de las asignaturas que inscribí tenía algo que ver con oratoria, sin contar que esta cátedra fue la mejor opción para mi horario, asi que no habria manera de librarme de ellas.

     Creí que todo iba muy bien cuando la idea que tenia de oratoria era sólo hablar en público y por consiguiente jamás me ha perturbado eso. Sentía que sabía sostener temas interesantes con grandes grupos sociales y que de esta manera podía dominar un auditorio entero.
 
     La verdad fue que sí, ese no era un problema, el inconveniente era en mi <arte de hablar>.  Muletillas, ciertos inconvenientes para pronunciar la R y encima de todo la modulación, se habian convertido en un problema que no habia notado. Por lo tanto, comencé a escucharme y descubrí que no era la única dificultad.

     Por sobre todos mis vicios de dicción, se encontraba 《lo que yo decía》que es en esencia, más importante del cómo.  Hay quienes dicen " no es lo que digas sino como" y básicamente esa es una frase mediocre. La verdad a mi pueden decirme un te amo con seriedad sin mucha  expresión y seguiré creyendo que me ama, al igual que lo diga con las rodillas en el piso, lo importante es que venga del corazón. ¡Y ajá! Allí es adonde yo quiero llegar. La Biblia dice que de la abundancia del corazón habla nuestra boca (Mateo 12: 34).

     Si pones atención a tus críticas, a tus frases llenas de sarcasmo y un poco a los temas que tratas en las conversaciones que tocas, en especial las mujeres que nos encanta la moda, el diseño de interiores, los amores... ¿Realmente está Cristo en tus palabras? No me refiero a que jamás toquemos estos puntos pero en el verso antes citado se encuentra una palabra clave: ABUNDANCIA, el diccionario la define como gran cantidad de algo.

     Es eso, entre la multitud de tus palabras que provenienen de las ideas que maquinas en la mente, hay abundancia de todo ¿Y tu salvador? Cuando hago esta pregunta amigas siento miedo y mi apariencia de perfección vacía se rompe y no me queda más que confesar lo desnuda que me siento ante tal hecho. ¡Cuánto me he desviado!

     Cuando hablo de desviación es porque mis palabras son el resultado de lo que alimento mi ser, la muestra de hacia donde se dirige mi vida y justo alli estaba mi primera leccion de oratoria, no en las muletillas, ni en la diccion: en mi ser.

    La biblia es específica al mencionar el hablar ¿Lo sabias?

1. Con tu hablar puedes traer destrucción a tu vida.

El que guarda su boca, guarda su alma; más el que mucho abre sus labios tendrá calamidad. Prov. 13:3

2. No importa que tan bien conozcas la biblia, si te apresuras hasta el más tonto quedará bien delante de todos.
Aún el necio cuando calla es contado por sabio... Prov: 17:28


3. Menciona que parecemos incredulos al no saber escoger nuestras palabras.
La lengua de los sabios destila conocimiento, la boca de los necios escupe necedades. Prov: 15:2


4. Las palabras tienen importancia más allá de lo que imaginas.
Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; Y arroyo que rebosa, la fuente de sabiduría. Prov: 18:8


5. Nuestra palabras deben ser una continua alabanza.
 Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día. Salmos 35:28 
  

6. Con ella clamamos a Dios.
Con mi boca clamé a Él, y ensalsado fue con mi lengua. Salmos 66:17


7. Por medio de nuestra boca el espíritu de Dios se manifiesta.
El espíritu del Señor habló por mí, y su palabra estuvo en mi lengua.  2 Samuel 23:2

Y aunque en la biblia hay cantidad de versiculos que hablan sobre esto, el siguiente menciona que nuestras palabras (bien dichas) alegran al Señor.

En lo intimo de mi ser me alegraré  cuando sus labios hablen con rectitud. Prov: 15:2




     Ahora bien, este tema me tomó varias semanas estudiarlo y tengo una vida entera para ponerlo en práctica porque esa oportunidad descubrí que mis labios no mostraban la dirección que Dios queria.
Él quiere que hablemos VERDAD
Él quiere que hablemos AMOR
Él quiere escuchar una continua ALABANZA

    ¿Te apuntas también a una clase de oratoria con El Señor?


Gracias por leer Revestidas
@revestidasblog





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